Ya adelantábamos que este año la temporada de huracanes iba a arrojar datos interesantes. De hecho, la de los huracanes se ha convretido en la primera profecía de Su Nobelidad Gore que no se cumple. Cito textual del «Al Gorán», del libro «Tras el Katrina«:
… Now, the scientific community is warning us that the average hurricane will continue to get stronger because of global warming….
Two thousand scientists, in a hundred countries, engaged in the most elaborate, well organized scientific collaboration in the history of humankind, have produced long-since a consensus that we will face a string of terrible catastrophes unless we act to prepare ourselves and deal with the underlying causes of global warming.
Los datos finales de la recién terminada temporada de huracanes en el hemisferio norte son, efectivamente, terribles: se confirma el dato de que ha sido la campaña con menor intensidad desde 1977, una de las cuatro de más baja intensidad desde 1958.
Quienes tengan interés en los datos científicos en que se basa la gráfica que les traigo, pueden hacerlo aquí:
- Ryan Maue: 2007 Tropical Cyclone season Summary
- Roger Pielke, Jr. and Stephen McIntyre: “Changes in Spatial Distribution of North Atlantic Tropical Cyclones“. AGU December 2007 Meeting
Y el «niño» y la «niña», no te olvides de ellos!
Comparto tu comentario, Norsk torsk
Me permito sugerir algunas respuestas a la aparente verdad incómoda planteada por los datos a los que te refieres:
(1) Se anuncia una temporada aún peor para el 2008.
(2) Se dice que la temporada en el hemisferio norte no es la más representativa, sino que hay que fijarse sobre todo en la del hemisferio sur.
(3) Se amplía la definición de huracán hasta que las cifras encajen con la predicción, aunque para ello haya que incluir el chirimiri del Cantábrico.
(4) Se celebra la nueva noticia – con cierta cautela – como una muestra de que los resultados obtenidos gracias a los esfuerzos que algunos gobiernos avanzados están haciendo para corregir/prevenir/minimizar el cambio climático.
Lo importante es no dejar que la realidad interfiera con las profecías.