Así deberían financiarse los partidos políticos

Ron Paul consigue en un solo día 3 millones de dólares en donativos. Me entero vía Opponent.

No al reparto de nuestro dinero entre los oligarcas!

 
Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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4 comentarios

  1. La financiación voluntaria no es imposible: no hay contradicción conceptual en ello. Acaso sea improbable, y esto último estaría abierto a discusión.

  2. Ciudadana/o: No quiero oír ni un sermón de la montaña más. Impides el debate, malo.

    Asterisca/o: Tendrás entonces montañas de sermones, globalicina, moralicina, economicina, moralicina de la economicina, zetaprofeno y un largo etcétera. Y mira, desde aquí arriba se ve tu casa.

  3. Debemos vacunarnos en salud contra la ley de la selva. Si la justicia va a ser cada vez más díficil dada la pluralidad de intereses en juego, dado el gran número de sus agentes, dada la diversidad de ópticas e ideologías existentes y dada la diferente calidad moral de los personajes por los que debe atravesar para afirmarse, sin embargo, es posible su mejora.

    Señores políticos, ¿Son ustedes humanos? ¿Son, por lo tanto, seres en evolución, susceptibles de mejorar? Descubran al estadounidense que llevan dentro….

    …Democratizándose internamente:

    – Reconociendo la existencia de corrientes internas, de tradiciones culturales diferentes, con el fin de que hay diálogo, interpelación, estímulo y evolución en el partido.

    – Flexibilizando estructuras, reducir órganos, establecer una rotación de altos o medios cargos.

    – Utilizando consultas internas en temas de trascendencia política. Definir los derechos del militante.

    – Luchando contra la disciplina ciega del político respecto al partido para que pierda su carácter de funcionario del partido.

    – Teniendo en cuenta a las bases o a los militantes a la hora de elaborar las candidaturas.

    En definitiva, tomándonos en serio. No necesitan a Botín, ni a los March, ni al yerno del Profeta ni a Tariq Ramadan para descojonar el país: pueden ustedes solitos, a poco que les ayudemos, para lo cual, harían bien en ir…

    …Controlando la financiación:

    – Velando por la transparencia y el control del sistema de financiación de sus partidos, con el fin de evitar las corruptelas.

    – Sometiendo la financiación privada al principio de publicidad y exigiendo la identificación de quienes haga donaciones de una determinada cuantía.

    – Limitando drásticamente los gastos electorales, especialmente cuando el ciudadano no gana para fontaneros.

    – Regulando estrictamente los procesos de financiación de empresas públicas con el fin de impedir que su paso a manos privadas produzca beneficios económicos ocultos.

    – Lo mismo se puede decir respecto de las adjudicaciones discrecionales y limitaciones de obras, proyectos y anteproyectos en materia de construcción. Si tienen ustedes vocación faraónica, entonces aprendan de Catalina la Grande cuyo favorito, el príncipe Potemkin, tuvo la brillante idea de construir fachadas palaciegas portátiles a fin de colocarlas al paso de la emperatriz en sus giras por las miserables aldeas de Rusia, fachadas que, una vez cumplido el trayecto imperial, eran nuevamente trasladadas a la siguiente aldea prevista para una visita de la “emperatrizzzz”.

    PS.- Ah, y señores ciudadanos/as, aunque tiemblen ante la llegada de la “Navidazzz”, ejemplarícense: con frecuencia tenemos mucha vista para perseguir la mala política de quienes dirigen la cosa publica, pero hacemos la vista gorda cuando nosotros mismos adoptamos pautas de conducta que, a la larga, van a beneficiar a la capillita y redundar negativamente en la sociedad..

    En efecto cuando el ciudadano Fulano enfatiza que pagara sus impuestos después de que todo el mundo los pague, y sólo entonces, ¿acaso no está buscando una coartada para no pagar él mismo, aferrándose al mal ejemplo que algunos, sin duda darán?

    Cuando se alega que los políticos están obligados a dar ejemplo, ¿cómo podemos nosotros recriminar su mala conducta, su fría saña vengativa, su narcisismo, su voracidad, si en lo que tenemos a nuestro alcance somos tan poco ejemplares como ellos? La política no se rige por la ley del embudo, lo ancho para mí, lo estrecho para Pepiño…

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