Generalizar es fácil. Son todos los musulmanes terroristas?

No!

Permítanme una reflexión a la sombra del recuerdo de las Twin Towers.

En realidad sólo hay musulmanes normales, como usted y como yo y, entre ellos, algunos – pocos – enfermos mentales. Les cuento un secreto: para recuperarme de las abominaciones y estupideces que leo en la prensa o en muchos blogs, me voy a sitios como el "New York Times" a leer textos de musulmanes (paquistaníes, árabes, turcos, iraqußíes, egipcios, …) que muestran en su crítica al radicalismo islamista infinitamente más dosis de seriedad y sentido común que la mayoría de los comentaristas occidentales -sean periodistas o bloggers. Los mejores y más inteligentes análisis sobre el islamismo nos llegan hoy desde las plumas musulmanas. Por supuesto, hablo de exiliados voluntarios la mayoría de ellos, obligados a abandonar sus países de origen por las autoridades islamofascistas y que tubieron la posibilidad de hacerlo. La mayoría, aunque lo desee, no puede.

La raíz del problema islamista en europa no hemos de buscarla en las filas musulmanas. Hemos de buscarla en nuestras propias filas. Fíjense, cuando un obispo holandés propone cambiar el nombre de Dios por el de Alá no estamos ante una idea musulmana, es una idea nacida en el occidente subyugado del Appeasement. Cuando una orquesta sinfónica (la de Osnabrück, sin ir más lejos, hace unas semanas) se va de viaje a Teherán y su director decide colocar a todas sus mujeres un pañuelo en la cabeza siguiendo las directrices de los mullahs al mismo tiempo que pregona en la prensa lo valientes que han sido, dos días después de que en varios puntos de Irán se hubiesen perpetrado ahorcamientos públicos a homosexuales y adúlteras (con "a" , los adúlteros, con "o" se van de rositas), estampos ante un problema claramente nuestro. Cuando en Bruselas se programa una manifestación contra la islamización de Europa y el alcalde la prohíbe, consciente de que buena parte de sus clientes-votantes son musulmanes, estamos hablando de nuestro problema. Si encima, y al mismo tiempo, se da permiso a una manifestación contra los EEUU y para denunciar un supuesto complot judeo-yankee como origen del atentado del 11-Septiembre, el problema adquiere tintes de máxima gravedad.

Se trata sólamente de nuestra labilidad, nuestra falta absoluta de coraje civil, de determinación, de fe en nosotros mismos y nuestra propia capacidad. De eso, señores, no tienen la culpa los musulmanes.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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8 comentarios

  1. Está claro. Me gustaría pedirle un favor. ¿Se lo explica vd. a los miembros de Red Liberal, y ya de paso a los comnetaristas/presentadores de COPE y Libertad Digital?

  2. Por lo demás nadie dice que todos los musulmanes sean de la estirpe de Caín ni que todos los españoles de los años 30 fuesen requetés o sangrientos revolucionarios ni que todos los vascos se relaman de gusto al verter sangre maketa. Se dice, por sentido de la responsabilidad que determinados valores están en auge, que el precio de la libertad es la eterna vigilancia.

  3. Cielo y tierra fundidos en el Corán, he aquí la Umma, comunidad perfecta y única agradable a Dios, ni alianzas ni hostias, más aún, comunidad de los puros, los únicos dignos de honrar a Dios: Dios está satisfecho de ellos y ellos de él y ahí acabó la historia. Sólo la Umma liderará el mundo; fuera de ella no hay salvación y si pidiese la luna, reclamaría lo que le es debido. Un musulmán no soportará encontrarse sometido a un poder no musulmán; en su inconsciente, sólo el musulmán parece estar llamado a gozar de plenos derechos políticos y religiosos; el no musulmán será siempre un tolerado, un protegido que debe retribuir esa protección o atenerse a las consecuencias. Como derecho de Dios, el éxito temporal o incluso militar es signo de la verdad del Corán; la derrota o el disenso constituyen escándalos de la fe, la paz es la victoria, el silenciamiento por miedo a la Umma; las treguas pueden ser necesarias.

  4. Estimado Ángel, gracias por traer la frase de Cabanillas. Viene que ni pintada!
    Cuando se produzca el próximo atentado (que se producirá) escucharemos y leeremos cientos de llamadas al diálogo. Siempre olvidamos lo principal: no es posible dialogar con quien no tiene ninguna intención de hacerlo.

  5. Es puro entreguismo pero perjudicial incluso para quienes los propalan.
    Parece como si les dijeran a los islamistas iracundos: ¡Serénese y protejame! yo soy de los vuestros.
    Sin recordar la famosa frase de Pío Cabanillas «¡¡¡Al suelo, que vienen los nuestros!!!

  6. Saludos de vuelta, Valea. Estoy totalmente convencido que será nuestra debilidad, y no la supuesta fortaleza de los islamistas, la que termine siendo responsable de la islamización de Europa. De momento estamos ahondando en la idiotización, que no es poco.

  7. Totalmente de acuerdo, Luís;

    en mi caso, tengo amigos musulmanes absoluta y totalmente integrados (pero de verdad) en nuestra forma de vivir y sentir la sociedad. Ellos son los más críticos con los absurdos islamofascistas. Como bien dices, todos ellos tuvieron que salir por patas ante la situación de opresión absoluta que vivían en sus respectivos países.

    Pero tu denuncia del appeasement es lo más preocupante… es tener quintacolumnistas en tu propio terreno. Triste, pero cada día más real con lo políticamente correcto dictado desde ciertas tribunas.

    Saludos desde unos cuantos miles de kilómetros de distancia

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