Carta a Maruja Torres

Señora Torres,

tras haber leído su artículo «Maldades» en la edición de «El País» con fecha 07.06.2007, me permito dirigirme a su persona en un intento de hacerle llegar mi parecer, ignorante del valor que el mismo pueda tener para usted, pero movido por la imperiosa necesidad de comunicárselo.

Vaya por delante, es importante dejar claros los campos partidistas, que no soy miembro orgánico ni anorgánico del Partido Popular u otro partido político español. Quienes, conociéndome, por mí avalasen, tampoco pondrían su firma bajo un documento en el que se me calificara de simpatizante de alguna de las asociaciones políticas que asolan nuestro país. Se que parto en desventaja, Señora Torres, pues me va a faltar el aplauso discreto del corrillo afín, al que usted sin duda esta acostumbrada y que tan reconfortante resulta cuando de saltar al vacío de la opinión dada se trata.

Dice temer tanto «las bocazas opositoras» como a las «de la banda», en alusión, supongo, al PP en el primer caso y ETA en el segundo. Temo que en el momento de escribir esas líneas confundió usted la imagen de «Iustitia» -la de la balanza- con la «Zeus» lanzando rayos. Es comprensible, pues imagino su indignación. Imagino su estado de ánimo tras haber comprendido, vía anuncio de fin de tregua, que todos los intentos de su idolatrado Rodríguez Zapatero por inmortalizarse como nuevo paladín de la «pax mundi» se veían truncados por obra de la incomprensión ignorante de unos cuantos fascistas que se niegan al martirio en manos de los tiranos filoetarras. Si esos fascistas hubiesen apoyado al «magnánimo», ETA tendría hoy lo que quería y viviríamos en paz. ETA hubiese entregado las armas. En Euskadi reinaría la izquierda (el socialismo) nacionalista tras haber arrojado del poder (depurado) a los fascistas del PNV. No habría luchas ni tensiones. Edén. Cuántas veces no habrá puesto usted sobre la mesa, antres de escribir sus memorables artículos, la calculadora de la concordia: 40 millones en Edén a cambio de medio millón de hombres y mujeres desplazados, humillados, perseguidos. Cuántas veces no se habrá dicho a sí misma: «se lo merecen, después de todo se ahorrarían el desplazamiento, la humillación, la persecución y la amenaza renunciando a su tan manida condición de «españoles», algo absolutamente secundario si pensamos en términos socialistas: el pueblo es lo que cuenta y no su nombre«. Su conciencia tranquila, la pluma firme.

Pánico. Usted me inspira pánico. No por sí misma -estoy seguro que carece del más minimo atisbo del arrojo necesario para aplicar la violencia por su mano – sino por la negación voluntaria de sí misma, en nombre de los ideales de otros, que proclama con cada línea que escribe. O debería decir acaso, al servicio bien pagado de los ideales de otros? Cuántos «hijos de puta» deberían morir, en su opinión, antes de que comenzase a recapacitar sobre la conveniencia del pesebre en el que retoza? Cuántas balas socialistas y bienintencionadas deberán alojarse en las nucas de los «hijos de puta» de bocaza opositora?

Ignoro si el PP se ha marcado como meta acabar con el socialismo. Lo que sí le puedo asegurar es mi más absoluta resolución en la lucha argumental contra cualquier forma de colectivismo, socialismo incluído. Ese socialismo desde el que usted, con absoluta impunidad, idólatra de la nada como mal menor, se arroga la capacidad de discernimiento entre el mal y el bien, lo justo y lo injusto. Ese socialismo que se enquista, al más mínimo roce con la libertad individual, formando un tumor idiotizante de todo aquél que quede dentro de su manto acusador, revistiéndolo de una supuesta superioridad moral, al tiempo que ignora «per se» el significado de «moral». Ese socialismo que adormece las conciencias con promesas y discursos estólidos sobre solidaridad y pan para todos, escondite perfecto del vago, el enajenado y el incapaz. Ese socialismo que, derrotado ante la excelencia, se arroja a los brazos de la mediocridad y educa en la mediocridad. Ese socialismo igualitarista y de mínimos, donde el único esfuerzo exigible es el de mantenerse dentro del quiste.

Señora Torres, siempre que necesite un amante de la libertad que no tema ponerse enfrente, recuerde mi carta y llámeme. Le prometo no llevar más arma que las ideas de mi cabeza. Dos metros le serán suficientes para no morir a cabezazos de este «hijo de puta».

Cordialmente,

Luis I. Gómez

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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15 comentarios

  1. buff, y eso que la tregua ya acabó en Barajas, parece mentira que sólo se enterara la oposición…

  2. Viste? Qué predecibles son los progres! En definitiva es eso: El PP le «asusta» MÁS que ETA.
    Pero ETA no hace diferencia entre vos, Rajoy, ella y yo.
    Eso, esta idiota no lo entenderá JAMÁS!

  3. En esas estamos querido Luis, me alegra ver que hay gente por aquí que empieza a estar harta del distingo autonómico, como decía alguien por ahí arriba ¿a quien le interesa una España a la fuerza?

    Un abrazo fuerte

  4. La sociedad civil, qué cursilada, los electores, el pueblo terminan pensando como el poder lo desea, introyectando, asumiendo, haciendo suyo el lenguaje de la política telediaria, a la cual tiene por lo único real u objetivo, y no escucha ni concede crédito al habla surgida de lo social no institucionalizado partidistamente, a lo cual toma como algo subjetivo e irreal, como coro de grillos meramente voluntarista que cantaría a la luna sin distinguir las voces de los ecos.

    Por paradoja pues, pese a su desprestigio institucional, el politiquerío goza de mayor crédito que el resto del personal, que no pisa moqueta ni sale por la tele, por lo cual la voz y el voto siempre van a parar a esa misma urna: la caja tonta.

    Si de la mitra se dijo que era el apagavelas de la ciencia, de la urna debe decirse que funciona hoy, lamentablemente como apagavelas de la palabra, cuando no de los cerebros. Lo dejo ya.

  5. Las cosas que se encuentran a nuestro alrededor se comportan como sistemas abiertos, es decir, que intercambian continuamente con su entorno materia y energía y, lo que es mas importante, información.

    Dicho de otro modo, esos sistemas en continuo movimiento varían regularmente a lo largo del tiempo y deben ser considerados como fluctuantes.

    Ahora bien, las fluctuaciones pueden ser tan importantes que la organización que las acoge se encuentre incapacitada para tolerarlas sin transformarse.

    A partir de este umbral critico hay dos posibles soluciones, descritas en detalle por el nobel Prigogine:

    O el sistema es destruido por la amplitud de las fluctuaciones

    O a alcanza un nuevo orden interno.

    Y aquí llegamos al corazón del descubrimiento de Prigogine la vida descansa sobre estructuras dinámicas, que llama, estructuras de disispación, cuyo cometido consiste precisamente en disipar el influjo de energía, de materia y de información responsable de una fluctuación.

    No es normal lo de los políticos.

  6. La destrucción de una comunidad política, de una identidad nacional estimada por mucho más de la mitad de los españoles, la que nos sacó del Islam, el absolutismo y el caciquismo, sembraría la península de resentimientos y malevolencias, incluso económicas; rompería la unidad de mercado y jurídica y, si se justifican las soñadas “identidades nacionales” por unos usos lingüísticos, sean coactivos, entonces provocarán en cascada conflictos anexionistas en comarcas limítrofes; ocurre que, históricamente, los estados se crean y se destruyen de mala manera.

    Además nos desarma, desde el punto de vista del imaginario colectivo, frente a lo que pretenden hacer los islámicos con estas tierras (¿quién lloraría la desaparación de la Comunidad Autónoma de Madrid, de la no menos imponente Junta de Extremadura…?).

    Y las taifas acaban siendo utilizadas unas contra otras por poderes exteriores y, en cualquier caso, si nuestros intereses políticos y económicos «españoles» pintaban poco en Bruselas, los de diecisiete Andorras no pintarán nada. Diecisiete veces nada es «nada».

    Y no vale decir que lo que hay que hacer es una «España en la que quepamos todos», porque somos ya el Estado más descentralizado del mundo desarrollado y porque lo que plantean los nacionalistas es ni más ni menos que una «contrafigura» de España, su negación por vía de secesión. No quieren esta España, ni ninguna. Quieren las ventajas sin los inconvenientes, un hinterland, colonias que les mantengan.

  7. H. la frase «qué interés puede tener para nadie una España a la fuerza» me parece conveniente. Las leyes cambian, los Estados cambian. Si Catalanes, vascos, … por mayoría deciden irse y la ley lo permitiese… no veo el problema. Yo ya dejé claro lo que pienso al respecto en su día. En cuanto aöl artículo de Julia Gorin que nos envías… en una balcanización de España por el flanco vasco-catalán, quién crees que sale perdiendo? Por qué crees que se habla de «estado asociado» y otras florituras inventadas? Al otro lado de la frontera, con todas sus consecuencias, me gustaría verlos a mí.

    EeE, es tan facil insultar en España que el insulto en sí mismo ha perdido todo su valor ofensivo.

  8. Hay antecedentes de esta grey de provocadoras españolas que parece que cobrán nómina del PSOE o esperan sus favores llamando «hijos de puta» a media España.Durante el gobierno de Aznar, esa señora que no sé qué estatua quiere cepillarse de la Biblioteca Nacional, dijo textualmente: » la culpa no la tiene Aznar, sino los millones de HIJOS DE PUTA de españoles que le votan».Premio para ella por el trabajo cumplido.

  9. Debo confesar algo:

    Yo no me recuerdo de pequeñito diciendo que `»estepaís» se rompe´, como si no tuviese problemas más graves, pero es que resulta que unos y otros, y van más de diez años, han estado incumpliendo las leyes sobre la cuestión autonómica por mezquinos intereses cortoplacistas, y en esta legislatura, más aún.

    Y si no se cumplen las leyes, entonces hay que hablar de ello.

    El problema no es la Constitución o el Estado autonómico sino su violación; que el Estado se vaya viendo impotente para ejercer la supremacía sobre sus diecisiete X+nacionales y quede postrado:

    http://www.e-dazibao.com/criterio/archivos/002623.html

    Ahora, en lugar de haber un Estado hay diecisiete confederados entre sí. ¿Cómo os suena? En esas estamos, otra cosa es que algunos exfalangistas de la Moraleja como Cebrián, lo nieguen por interés, sectarismo o simple desidia.

    Las leyes no se defienden solas y ha habido muchas violaciones de la Constitución sobre las que el TC no ha tenido la oportunidad de pronunciarse. El Gobierno, el fiscal, el Congreso, el Senado…han mirado al tendido. Vale ya, cojones, no tenemos más país que este.

    Entra un liberal:

    “No se lucha contra el nacionalismo con más nacionalismo, sino con libertad. Yo defiendo que hasta con libertad para irse, pues sólo así si España ha de ser tiene sentido: qué interés puede tener para nadie una España a la fuerza.”

    Pues libertad, y que no decaiga. Léaselo:

    http://www.frontpagemagazine.com/Articles/ReadArticle.asp?ID=28630

    Qué interés tendrán algunos en definir los problemas como lo que no son.

  10. Todo lo que dices es muy acertado, sólo una cosa, ¿¡¡cómo se te ocurre leer El País¡¡?

  11. Juas! Davidbm, que punteria la tuya 🙂 Yo diría más: en más de una ocasión he «visualizado» a Bono en el PP. No saltaron las alarmas, por algo será. Si me fijo en lo que tengo más cerca, Merkel es tan socialdemócrata como Schröder. Y los democristianos de la CSU bábara más. Estos, en lugar de proclamar un estado socialista, proclaman el «estado social».

  12. Sólo dos comentarios, dificilmente puede destruir el socialismo el pp cuando el 90% de sus huestes son tan socialistas como Bono. Esta señora no tendría pelotas para darte un tiro en la nuca, su estilo es más el susurro en el oido del pistolero o representar al amanuense que confecciona listas negras. Socialismo puro y duro.

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