Fundamentalismo ecológico

LA temperatura aumenta. Los polos se deshielan. El nivel del mar sube. Lluvia intensa. Inundaciones. Olas de calor. Sequía prolongada. Desaparición de especies. Reaparición de una plétora miserable que nada tiene que envidiar a la que en su día anunciara Charles Fourier. Este es el futuro que nos aguarda según el movimiento ecologista, algunos científicos y el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC). Pero, ¿y si ello -como históricamente ha sucedido con otras predicciones- no fuera exactamente así? ¿Y si la catástrofe que se pronostica es el resultado de la lectura interesada de un IPCC que no afirma exactamente lo que dicen que dice? ¿Y si, de alguna u otra manera, estuviéramos sucumbiendo -sin por ello negar la existencia del cambio climático- al fundamentalismo ecologista que todo lo contamina?

Para empezar, conviene recordar los fracasos recientes de algunos científicos, economistas y ecologistas que se empeñaron en jugar el ingrato papel de profeta. Sin ir más lejos, a principios de los años setenta del pasado siglo, con la inestimable ayuda del Club de Roma, se puso de moda el género que podríamos calificar de «los límites del crecimiento». Por aquel entonces, científicos y economistas de renombre como Dennis Meadows y Paul Ehrlich -por no hablar de Manuel Sacristán o Wolfgang Harich, que nos prometían las delicias del comunismo ascético de Babeuf como remedio a la crisis ecológica- aseguraron que el crecimiento se detendría en un par de décadas. Pero, el crecimiento cero no llegó. Y seguimos creciendo.

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Magnífico arículo de Migual Porta Perales hoy en ABC. Léanlo enterito, altamente recomendado!

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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6 comentarios

  1. Dios mio, un año ha llovido poco en Galicia. Sin duda nos encontramos con la confirmación del cambio climático(sea lo que sea que quiere decir eso, que a veces es sequia y otras lluvias torrenciales, o las dos cosas a la vez) y no con un hecho aíslado.

  2. Ah Luis!!!

    nuestro querido fenómeno escribe en el blog de naturaleza de El Mundo. El señor será físico, pero tiene un problema con las magnitudes y lo que en realidad significan que no es normal.
    Un ejemplo. El hombre le ha pillado el gustillo a las placas solares fotovoltaicas, y en uno de sus apuntes, decía que con usar el 20% del territorio español para placas cubriríamos de energía.

    Ole sus …..!!! El 20% de algna otra cosa no será mucho, pero el 20% de España…ufff

    Ahora la hemeroteca de El Mundo no tira. Si después lo encuentro pongo el enlace.

    Un saludo

  3. Bueno para fracasos en las predicciones recordemos al insigne Antonio Ruiz de Elvira que anunció en septiembre de 2005 que aquel otoño no llovería justo unos días antes de que empezasen las tradicionales lluvias otoñales.

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