El miedo

Llevo unas semanas manteniendo en diversos frentes un encendido debate sobre asuntos relacionados con el cambio climático. Si de ello algo he podido sacar en limpio en estos últimos días es lo dificultoso que me resulta centrar esos debates en lo verdaderamente esencial. No consigo (si duda debido a mi falta de tiempo y mi poca pericia retórico-argumentativa) situar el foco del debate allí donde creo que debe estar, dando así la apariencia de alguien que agita una linterna, sabiendo que hay algo que necesita luz y taquígrafos, pero incapaz de estarse quieto sobre un punto concreto. Disolver aquello que para mí es clave – esclarecimiento de las intenciones finales de quienes desde el poder político nos bombardean día sí, día no, con la famosa catástrofe – en aguas turbulentas plagadas de debates sobre los «currícula» de éste o aquél cienífico se me antoja baladí. Es alejar el debate de su epicentro.

Les traigo aquí un intercambio postal a cuento de mi cita de Ayn Rand que creo devuelve el debate a su sitio.

Me escribe (magníficamente, por cierto) el señor O.:

Plenty of unaccurancy, these concepts have almost made me laugh, and if I haven’t done so is because I’m afraid too many people will take seriously such a load of distorsion and deceit as to take it as the joke it is.
First, it’s absolutely false that ecologists do not consider the needs of humans. Of course they do! That’s the whole point of Ecologism! The undiscriminate destruction of our enviroment is clearly a threat not only for many animal and vegetal species, is a knife directly pointed to our throat as an animal species. It’s quite certain for us that, no matter how hard we work to destroy the biology on Earth, there’ll always remain a sparkle of life that, sooner or later, will develop in a new biological domain… but it’s most probable that humans won’t be here to witness it, for they’ll have been destroyed along with all the major species they’ve condemned to obliteration. So, ecologism and the struggle to stop the damages that our irresponsible acts cause is a matter of survival for all the human race. Of course, the worst damaged by this destruction are always the poor layers of society, and that’s why I suspect that many people in the developed world honestly think they’ll survive thanks to technology and money. A very compassionate and moral behavior.

Second, that «back to the caves» ideology can’t be more distortionated. I can’t speak for all the multicoloured world of ecologists, enviromentalists or preservationists, but I’m sure that an overwhelming majority will answer that technological improvements are one of the keys for our survival. How do you describe, if not, the pain in the ass these ecologist guys are on the replacement of coal and oil burning for a technology as advanced as solar powerplants? Or in new materials to isolate houses and save energy? Of course, the respect for ancient techniques, such as traditional building and materials, or common sense thoughts as the need not to build a civilization so dependable on private cars, are opened to discussion, but I don’t see a «let’s all be Australopithecus again» motto in there.

And a last thought about the «fire» comments. Precisely, fire obtained from wood is one of the less agressive forms of energy, because we’re talking about transforming matter into light, heat and CO2, but that CO2 should be briefly re-taken by more trees, this is, retired from atmosphere, fixed again in wood, and let’s start again. Problem is, how fast can we replace the trees we burn, or even we try to do so.
The only relic of our pre-human past I can see here is the dinosaur brain that suggests this writer to go forward without any care or consideration for the havoc she leaves behind, because competition for the inmediate good is the only view a reptile can usually see. And even then, I have my doubts to degrade reptiles to this disgusting level.

Atentamente,

O.

Mi respuesta:

Plenty of unaccurancy, these concepts have almost made me laugh, and if I haven’t done so is because I’m afraid too many people will take seriously such a load of distorsion and deceit as to take it as the joke it is. First, it’s absolutely false that ecologists do not consider the needs of humans. Of course they do!
Apenas has comenzado a escribir y te dejas llevar por el tono mordaz de mi artículo. Es absolutamente falso que los ecologistas no tengan en consideración al ser humano, pero ocurre que yo no hablo de «los ecologistas» .
Qué es un ecologista? Yo soy un ecologista. Conduzco un coche toyota híbrido, separo minuciosamente mis basuras, educo a mis hijos en el amor por la naturaleza, desde las convicciones que heredé de mi padre, uso el tren en mis desplazamientos largos y excepto en dos ocasiones he participado todos los años en la campaña «Mantén el Faedo Limpio», que es el bosque de mi pueblo natal. Soy enemigo de la caza como deporte y de la explotación industrial de los medios naturales si ésta no va acompañada de las oportunas medidas correctoras (por ejemplo no tengo nada en contra de las cacerías que se organizan en Alemania cada cuatro años para diezmar la población de ciervos, pues de lo contrario hoy ya no quedarían bosques sanos en este país. Mejor sería reintroducir especies depredadoras como el lobo, opción de la que soy acérrimo defensor) No O., yo no hablo de «los ecologistas» cuando escribo mis artículos, hablo de los sumos sacerdotes del movimiento ecologista, que no es lo mismo. Hablo de quienes de forma demagógica y falaz, mintiendo y falsificando informes, manipulando tablas de temperaturas y concentración de gases pretenden utilizar a esa gran mayoría de mentes acríticas que sólo se movilizan azuzados por el miedo. El MIEDO. La INSEGURIDAD. Es por ello que te recomiendo, antes de criticar a Rand o de criticarme a mí, colocarte en el contexto desde el que ella realiza sus afirmaciones o leer los muchísimos artículos que he publicado denunciando las mentiras y las manipulaciones de las que te hablo. Dicho esto te quedará claro por qué no comento más a fondo tu primera réplica: si por «ecologistas» entiendes a personas como tú, como yo, no hay nada rebatible: nosotros sí tenemos en consideración al ser humano y nosotros sí somos conscientes de la necesidad de mantener una actitud de máximo respeto con nuestro entorno natural.

Second, that «back to the caves» ideology can’t be more distortionated. I can’t speak for all the multicoloured world of ecologists, enviromentalists or preservationists, but I’m sure that an overwhelming majority will answer that technological improvements are one of the keys for our survival.
Tú mismo haces el distingo; me permito interpretar en tus palabras un atisbo de duda sobre si las intenciones de todos los que conforman el ecosistema ecologista coinciden con las que tú consideras legítimas. Por supuesto que es lógico pensar (yo también lo hago) que la mayoría de las personas sensatas de este planeta creen que la tecnología ha de ser puesta al servicio del progreso y de la preservación de nuestro medio natural. Ocurre que quienes son objeto de mis críticas, hasta la fecha, se han limitado a proponer prohibiciones y políticas impositivas. Se han limitado a decirmos que somos culpables de la catástrofe que se avecia, sin reparar en demostrar si realmente somos culpables, ni en qué medida somos culpables. Ni siquiera pueden demostrar que habrá una catástrofe. Dónde están las propuestas para la conservación de perfiles costeros? Dónde los planes de emigración? Dónde la mención a los avances en las técnicas de cultivo y cría de ganado? Si en la Alta Edad Media los humanos fueron capaces de sobrevivir a un «cambio climático» similar al que ahora experimentamos con los medios de que entonces disponían, por qué hemos de tener miedo ahora? Dónde la fe en nuestra capacidad de adaptación? Por qué es preferible prohibir la circulación de vehículos de combustión los Domingos a fomentar la fabricación y uso de vehículos limpios? Te doy la respuesta encadenada: anunciar un apocalipsis genera miedo; el miedo es la mejor anestesia para implantar la enajenación; la mayoría (y de ello son tremendamente conscientes los «sacerdotes del ecologismo») prefiere la enajenación frente a la responsabilidad, el servilismo ante el Estado frente al uso de las propias habilidades. Y una vez llegados a ese punto, se dan las condiciones necesarias para ejercer el PODER en su forma más pura: PROHIBIENDO. Limitando la libertad de los otros.

And a last thought about the «fire» comments…
Sí, terminamos. Está perfectamente demostrado que la correlación «aumento de temperaturas – concentración de CO2» es, como no podía ser de otra forma, justamente al revés de como querían hacernos creer los mentirosos objeto de mi desprecio: primero suben las temperaturas, luego la concentración de CO2, unos 500 – 800 años mas tarde. Y ello ha sido así en los últimos 600.000 años. Ahora también. Los primeros datos de las mediciones obtenidas en el Proyecto EPICA están dando las primeras bofetadas a las teorías que condenaban al CO2 al papel de «malo de la película». Hemos de buscar un nuevo chivo expiatorio. Por otro lado, tal y como certeramente describes, un aumento de CO2 en la atmosfera siempre se ha visto reflejado en un aumento de la masa forestal.
Estimado O., perdóname la suficiencia desde la que me ahorro hacerte una lista bibliográfica detallada. Muchos de los estudios científicos en los que baso mis afrimaciones están recogidos (o son citados) en mi blog.
Yo no soy un antiecologista. Pero precisamente por haber sido agraciado con un cerebro algo mayor (y muchísimo más capaz) que el de la tortuga de mi hijo, me arrogo la facultad de informarme, de beber de todos las fuentes posibles antes de generar criterio que me permita proferir un juicio. Y mientras desde los gobiernos, las ONG’s y la ONU sigan mintiéndonos, continuaré llamándoles falsos profetas, sacerdotes ecofascistas. Rand escribió las frases que cito en plena eclosión de las corrientes catastrofistas de la época. Ya sabes: edad de hielo, desaparición de los bosques por la lluvia ácida…. todos los argumentos de entonces han quedado en eso: palabras del miedo. Nada más.

Afectuosamente,
Luis I. Gómez

Y, para terminar, de la respuesta de O.:

…Y no es nada nuevo: se lleva utilizando el miedo como herramienta de control y dominio desde el albor de los tiempos: temor a represalias divinas si no se cumplían ciertos rituales (caso muy bestia: la industria de sacrificios humanos azteca so pretexto de la necesidad de hacer que el sol saliera, alimentado por la sangre de las víctimas), temor a la conquista o la desintegración social si no se otorgaban poderes supremos a un caudillo (mi padre podría hablar mucho sobre el juego político de las dictaduras en la Roma republicana), temor al diferente si no se le contiene o encierra (encarcelamiento masivo de ciudadanos de origen japonés en EE.UU. tras Pearl Harbor), temor a la amenaza terrorista como palanca para alimentar políticas que, de otro modo, resultarían intolerables (Patriot Act del gobierno Bush Jr. y la vergonzosa cadena de mentiras y falacias que condujo al desastre en todos los niveles que ha sido la invasión de Irak).

Uno de vuestros denostados, Michael Moore, ya daba una sibilina lectura acerca de cómo el miedo es la mejor herramienta de los poderosos en «Bowling for Columbine».

Así que, en el fondo, estamos de acuerdo. Dictadura ecologista, en mi nombre no. Sembrar el pánico para controlarnos más, en mi nombre, no. Sembrar la duda y la sospecha para justificar más latrocinios (como el famoso canon de la SGAE, qué vergüenza), en mi nombre, no. Sembrar la idea de que el país se desintegra y va directo a la balcanización (asunto Estatut), en mi nombre, no.

Nadie es inocente en la carrera por ganar el miedo como recurso de poder. Ni los comunistas acérrimos, ni las religiones, ni los filósofos, ni los intelectuales, ni los periodistas, ni los liberales neocons de la cuerda de Wolfowitz.

Y de eso es de lo que se trata, estar de acuerdo en lo esencial (aunque los caminos sean diferentes, incluso los argumentos): la defensa de la libertad frente a la dictadura del miedo. La abominación del miedo como arma para justificar la prohibición.

Y sobre prohibir tratará mi próximo escrito.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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5 comentarios

  1. Hay algo en tus comentarios (de los que estoy bastante de acuerdo) es cuendo te refieres a lo de la balcanización de España y ciertamente me escandaliza que lo asimiles a los «otros miedos» ..en primer lugar debo decirte que los miedos pueden estar infundados esos son los criticables….pero logicamente los hay desgraciadamente fundados……te lo digo con toda serenidad …que metas en el mismo saco a toda la ralea ecocatastrofista, igualitarista, hidroegoista, lossiperonodialogoconlosterroristas, y tantos otros…con los avisos reiterados y necesarios a donde podemos llegar , si seguimos bailando a son de la música que nos tocan los nacionalismos rampantes…..incluso me sobrecoge……estoy seguro que uno a uno conoces perfectamente todos y cada no de los problemas que año tras año y dia tras dia se nos plantean a los españoles, con las decisiones que nos plantean estos nacinalistas…..por ciertos con discursos, en cuanto a su veracidad y honestidad muy muy parecidos a los del calentamiento……incluso te cedo la razón en que puedas pensar legitimamente que lo de la desmembración de España no es un problema salvo los que crean los que estan en contra……pero eso se hace conculcando la Constitución y las leyes………..si eso no te preocupa es que no entiendes nada……a pesar de todo lo que dices y dices mucho y bien

  2. Luis entiendo y comparto tu preocupación por el “estado de miedo”. Me parece honesto y deseable pretender desenmascarar a todos aquellos que pretenden sacar provecho particular mediante la amedrentación de la sociedad. Pero de ahí a negar las evidencias del cambio climático o que una parte de él es debido a razones antropológicas hay un trecho. En el fondo comparto tu opinión, está claro que alrededor del cambio climático muchos se están haciendo de oro faltando a la verdad, pero tanto de un lado como de otro. Contra esos personajes es contra los que hay que luchar, y no no negar el cambio en sí que es algo inevitable que se nos viene encima.

    Pero considero que caes en el mismo error en el que cayó Ayn Rand y luego aclaró en su posterior comentario. Se debe distinguir muy bien entre el movimiento ecologista y esos “sumos sacerdotes del movimiento ecologista” ósea hay que dar nombres y apellidos. Debemos evitar caer en la abstracción y el confusionismo porque son la antesala de la demagogia. Por ejemplo Ayn Rand da la sensación de que lo que pretende es reducir el ecologismo a las acciones individuales de cada uno, acciones que aunque son sumamente importantes se muestran insuficientes a todas luces. Debe haber un movimiento ecologista que luche por la reducción del impacto de las acciones del ser humano sobre la naturaleza, que presione a gobiernos para que legislen coherentemente la protección del medio ambiente y enseñé a los ciudadanos la importancia de sus actos cotidianos.

    Aquel que ataca sistemáticamente al movimiento ecologista, demuestra ser un reaccionario que lo único que pretende es dejar todo como está en la actualidad para mantener su status quo y su ideología intacta, esta gente también utiliza la táctica del miedo “meten miedo o desvirtúan al movimiento ecologista a través de unos presuntos sumos sacerdotes indeterminados”.

    Si eres de ese tipo de personas, como intuía hasta ahora, seguiré en la línea de desmontar lo que entienda como falacias o demagogias y seguiremos en la agria tónica del improductivo debata actual, discutiendo sobre “el sexo de los científicos” o “que fue antes el huevo o la gallina”. Si por el contrario estas en la línea de este último post, podríamos pasar a realizar un debate más pragmático, sobre medidas ambientalistas tangibles que puedan tener el beneplácito de todos sin que lleguen a dañar la susceptibilidad liberal. Tú dirás.

    PD. Personalmente toda la gente que conozco del movimiento ecologista actúa como los ecologistas que define Ayn Rand y no como a sumos sacerdotes aunque me consta que, como decimos por aquí “haberlos hainos”.

  3. Vale, ya sé que este mes aún no te he pasado la paga. No me lo recuerdes 😛 pero es que los de Exxon y Philip Morris andan mal de liquidez estas semanas.

  4. Sé que alguien me llamará acólito o borrego seguidista. Es ist mir eigentlich scheisse egal :

    Plas, plas, plas

    …y que siga habiendo confrontaciones argumentales, please 😀

    (¡¡¡Ché Luis!!! ¡¡¡Qué bueno que volviste a la blogosfera!!!)

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