Democracia violentada

Claro, la culpa es de los padres que las dejan ir vestidas de cualquier manera. (Increíble! estoy citando a Carnicero!)

Luego pasa lo que pasa, follón y ruidos de fondo.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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7 comentarios

  1. Lo que resulta ofensivamente anticuado es la directora. Al jardín con ella.

  2. Menéndez Pelayo en 1882:

    «… A la sombra de otros planes derivados de ése [se refiere al plan de Enseñanza de 1845 de D. Pedro J. Pidal], podrá en lo sucesivo un ministro, un oficial lego, hábil sólo en artes hípicas y cinegéticas, pero guiado por algún metafísico trascendental, anacoreta del diablo, llenar nuestras cátedras con los iluminados de cualquier escuela, convertir la enseñanza en cofradía y monipodio, mediante un calculado sistema de oposiciones, e imponer la más irracional tiranía con nombre de libertad de la Ciencia.»

  3. Desconocía el argumento para exiliar a Menéndez y Pelayo. Lo que me preocupa, entonces, es qué se le va a ocurrir a la directora de la Biblioteca para hacer con los incunables guardados en su institución. Esos sí que son antiguos, así que igual le da por hacer con ellos una barbacoa.

  4. Estimado johnymepeino, llore usted todo lo que quiera. Le acompañaré en el llanto por todo aquello que por «anticuado», ya no es respetable.

  5. Usted no es un facha. Usted lo que es es un incumplidor de las nuevas leyes. Le voy a mandar una pareja de de militantes de Juventudes Socialistas que le van a meter un puro que se va a enterar.
    A los viejos nos suena ¿verdad?. Es terrible.

    Yo venía a llorarle en el hombro. Usted sabrá que en la Biblioteca Nacional se entra por un amplio vestíbulo de mármol blanco, en el centro la estatua sedente de D. Marcelino Menéndez y Pelayo, realizada por Coullaut Valera.

    Pues bien, la directora la ha echado al Jardín. Lo que me duele es la razón mezquina y ominosa: «Esa estatua representa a un señor muy anticuado».
    ¿Hay derecho a eso?.

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