La ONU y los derechos humanos

De todos es conocida la composición y «eficacia» de la actual Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Dictadorcillos asesinos forman parte de ella y su papel real no es otro que el de mantener, a costa de los erarios de los paises miembros, a cuatro funcionarios bien pagados en Nueva York. Ningún otro organismo de la ONU es tan vacío, incoherente e hipócrita como esta comisicioncilla desde la que no se condenan las lapidaciones saudíes o iraníes, o la venta indiscriminada de órganos de reclusos condenados a muerte en China, pero en la que se pone en marcha un aparato inmenso cada vez que un etarra detenido choca con la esquina de un banco en comisaría. La verdad es que, últimamente, ya ni eso.

La ONU, en pleno afán reformista, pese a los inmovilistas de siempre (curiosamente los gobiernos progresistas totalitarios, en perfecta harmonía con los demás totalitarios africanos o islamicos) y pese a las reticencias de USA (un país que paga un montón de dinero para mantener una organización que ha quedado claramente obsoleta) ha llegado a un – cómo lo llamaría yo – … intento de preacuerdo?, preacuerdo para una declaración de intenciones? Bueno, algo así. El caso es que quieren reformar la famosa Comisión de Derechos Humanos creando un «Consejo de Derechos Humanos», más efectivo, más fiel a su verdadera misión.

Pero va a ser que no. Adivinen quien se opone. Eso es: China, Cuba, la Venezuela de Chávez convertida en l’enfant terrible de la nueva situación, Egipto y Pakistán, entre otros, lo impiden. Por algo será.

Y no lo digo yo, que lo dice El País.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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4 comentarios

  1. Me gustaria saber cuantos paises estarian dispuestos a aguantar a la sede de la ONU en su territorio, que tiene un coste brutal. Ademas de aguantar a miles de vagos y esposas y familiares de compras por el centro, aparcando donde les da la gana e incluso cometiendo delitos. Ningun pais europeo serio los aceptaria, quizas Francia o Zapaterilandia si.

  2. El problema de la ONU, y de la declaracion de derechos humanos es mas profundo a mi entender.
    Es una especie de tabla de los mandamientos netamente occidental, con la que nolosoccidentales nos identificamos facilmente porque forma parte de nuestea cultura. La paradoja es que la mayoría de sus encendidos defensores se muestran en contra del imperialismo. Y no es la imposicion de unas tablas de la ley occidentales imperialismo?
    Estoy totalmente en contra de practicas comunes en el islam, como la subordinacion de las mujeres; pero si yo tratase de imponerles que dejasen de hacerlo no seria mi actitud imperialista?

  3. Mientras ese engendro clepto-burrocrático no se refunde sobre presupuestos democráticos, expulsando a ese 90% de dictaduras que la compone, y exista voto proporcional a la población y control por parte de los administrados (elecciones, poder judicial, estatuto legal y obligaciones tributarias para los funcivagos), no hay nada que hacer. Ese engendro masonoide es algo con olor y aspecto de basura.

  4. No existe un estado de derecho global, y el engendro que intenta emularlo es un remedo de democracia corporativa construida sobre el principio «un estado, un voto», sin atender siquiera a la legitimidad de origen y de ejercicio de ese estado.

    Así, Siria, dirigida por el hijo de un asesino (el progreso islámico también consiste en dejar el país al niño) y con 10 millones de habitantes/siervos (de los que 500.000 son cristianos, maltratados y preteridos en lo jurídico), tiene el mismo poder de voto que una Italia próspera y razonablemente democrática (cada vez menos de lo uno y lo otro, al igual que España) con sus 60 millones.

    El consejo rector de tan noble organismo global es un grupo de cinco dueños de armas de destrucción masiva, dos de ellos dictaduras más o menos disfrazadas. Los empleados acceden a sus puestos por extrañas cuotas y, en un pasmoso alarde de insolidaridadn, no pagan impuestos aunque sus salarios no son bajos ni siquiera para estándares helvéticos o estadounidenses. El control ciudadano sobre estas joyas es NULO.

    Maravillosas credenciales para tan noble pretensión.

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