La "fiesta" suramericana

Magnífica Fausta!

Shall we dance? Shall we dance? On a bright cloud …

Shall we dance? On a bright cloud of music shall we fly?

Shall we dance?

Shall we then say «Goodnight and mean «Goodbye»?

Or perchance, When the last little star has left the sky,

Shall we still be together With are arms around each other And shall you be my new romance?

On the clear understanding That this kind of thing can happen,

Shall we dance? Shall we dance?

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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Un comentario

  1. Muy buena la secuencia del «baile». Mientras este hebdomadario regala a diestra y siniestra dólares en el exterior y enjuga deudas sureñas, y compra supuestas embarcaciones «desarmadas» y variedad de fusiles y pistolas, etc., para «la seguridad nacional», el primer viaducto de la autopista Caracas-La Guaira, debido a que se estaban deslizando sus bases por una ladera erosionada, y, en lugar de sustituirlo, se le aplicó una «ingeniería de Frankestein» en palabras de un expresidente del Colegio de Ingenieros de Venezuela, que consistió en SERRUCHAR los pilotes que lo sostenían, substituirlos por una serie de gatos hidráulicos que lo moverían de a poco por día hasta llegar a su hipotética posición original ideal (como decían ellos, a lo que el mismo puente diera). Eso sería posible si fuera de un material elástico, pero ¿concreto, cemento y cabillas? Resultado, llovió, el terreno húmedo cedió aún más, una de las pilastras se quebró, el puente se agrietó en varias partes…y Caracas quedó casi incomunicada del estado Vargas, donde están el puerto y el aereopuerto, y los varguenses quedaron a la buena de Dios, tardando mas de tres horas en ir a Caracas, y otras tres horas en regresar, mínimo. Nuestro líder intercontinental practica la política de «oscuridad para la casa y claridad para la calle». A esta tristeza y desesperanza es posible que siga la furia, porque, hasta cuándo va a seguir su escalada de ineptitud y oclocracia en nombre de una mal llamada revolución?

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