¿El fin del boicot?

No sabemos si desde que Mariano se tomó la copa de cava en un alarde españolismo, de cordura, o de las dos cosas a la vez, a la humilde plebe se le ha pasado la euforia por el boicoteo del espumoso cuatribarrado y de cualquier otro producto sospechoso de ser producido por consumidores de butifarra. Más sereno el ambiente creo que se leerá con excelente sabor de boca este artículo de días atrás publicado por el puercoespín Antonio Asencio. Se titula «Carta a algunos españoles: yo no boicoteo productos españoles» y en él se pueden leer cosas con la belleza que tiene éste párrafo:

Me entristezco a ver a compatriotas a los que creía racionales, serios y decentes poseídos por una Bestia de sinrazón, por un odio al otro, por una intolerancia que sólo me producen vergüenza. Me entristezco y sólo callaré. Yo, como muchos españoles, tenemos en nuestra genética cultural y emocional mucho de Cataluña: escritores (Gil de Biedma, Vázquez Montalbán, Pere Gimferrer…), editores (como Seix Barral y tantos otros) sin los cuales este país habría sido aún más atrasado, músicos (Albéniz, Serrat…) que son bandas sonoras de nuestros momentos, de nuestros sueños como sociedad, pintores, diseñadores y empresarios… Y sobre todo, tengo amigos. Amigos de mi carne y de mi silencio, con los que comparto el trágico desconcierto de ver a la mitad de un país que parece haber perdido la razón, la cultura y la memoria.

Es probable que a algunos de mis compañeros lectores y escritores de este blog no les genere mucha estima saber que Antonio Asencio manifiesta en ese mismo artículo sus diferencias con señores como Acebes o Losantos, espero que eso no les distorsione la lectura. Sepan que Karl Hayek daría la vida por el derecho que Federico tiene a manifestar la opinión que tiene, pero mucho le agradecería que dejara de hacerlo desde términos tan ofensivos para mucha gente, básicamente porque pierde la razón cuando la tiene. Les cuento todo esto porque pocas veces, en opinión de este comentarista, puede leerse en los tiempos que corren un discurso sobre España tan bien narrado que dignifique su concepto y su posibilidad como nación sin esencias extrañas y asumiendo lo mejor de la exigua tradición liberal y librepensadora que uno tanto añora en todas las corrientes que imperan en la política española, especialmente de quienes dicen representar el ideario con el que, sin ser ortodoxo de nada, más me siento cercano (ese Partido Popular que no termina de enterrar la vergüenza de sus orígenes ni reivindica su independencia de la conferencia episcopal):

Hay muchas Españas. Muchas. Están habitadas por todo tipo de gentes, gentes de varias etnias, de lenguas diversas, de religiones diferentes, de alturas, tipos, costumbre y hasta cataduras morales divergentes. Hay muchas Españas que tratan, como pueden, de convivir en una sola, todas las mañanas, cuando se despiertan y van a trabajar, o cuando se desesperan en el paro, cuando se expresan, cuando pintan un cuadro o aman a alguien, a alguien de cualquier otro tipo de las Españas que tenemos.

Hace muchos años, durante cuarenta años, sólo hubo una España. Una, según decía, grande y libre. Esa grandeza costó varios millones de muertos, otros varios millones de desplazados o emigrados, miles de intelectuales exiliados, y millones de personas, de españoles, a quienes se negó su identidad, su idioma, su forma de ser, pensar y sentir: ateos, republicanos, catalanes, vascos, homosexuales… Sobre los cadáveres de todos ellos, la España única y, según decían, libre, se alzó y guió sus pasos durante 40 larguísimos años. Si pudimos salir de esa España única y, según nos decían, grande y libre, y construir, con cierta sensatez, las Españas, las difíciles (porque la convivencia es difícil) pero ricas Españas (en lo cultural, en lo económico, en lo humano), que nos han permitido vivir en cierta concordia –quitando la terrible mancha de ETA y Al Qaeda-, que nos han permitido hablar diversas lenguas, sentir de diferentes formas, ser muchos y de muchas formas, si fuimos capaces de todo eso, no podemos caer en la tentación de la violencia, en la ceguera de la incomprensión de quién no cree en la diversidad, de quién no cree en el diálogo ni en la democracia, porque nunca creyeron ni lucharon por ella.

No vean en Antonio un peligroso agitador en pro del tripartito:

No me vengan con Carod y con el nacionalismo. Ya lo sabemos. Si a alguien beneficia este tipo de sinrazón, es a la sinrazón de los que, como Carod, siempre creyeron en los frentes.

¿Se habrá terminado el boicot? ¿Es Rajoy capaz de llevar a la derecha española a un discurso no incendiario, no frentista, limpio de imposiciones, capaz de transmitir las buenas ideas que muchos de sus mejores militantes tienen y transmitir una idea de España que no suene, que no parezca, que no recuerde un cornetín de ordenes ni a una llamada a la legión? Se sabía que las críticas a la manifestación convocada en defensa de la Constitución se iban a centrar en recordar las concentraciones de la Plaza de Oriente, pero ¿y si es que de verdad lo recuerda?

Karl Hayek
Karl Hayek
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18 comentarios

  1. Si Hayek que acabó con un ¿y si de verdad lo recuerda? no sale ahora diciendo la verdad: que ha sido un éxito pues entonces es que es un portavoz oficioso del prisoe

  2. El boicot es una forma de lucha legal civilizada y pacifica que los ciudadanos pueden practicar, cuando así lo consideren. Es tan importante este derecho como la libertad de espresión, pues posibilita a la ciudadania el poder sancionar a un sector de la sociedad, por los perjuicios que nos estan causando sus decisiones.

    SEAT de Martorell Barcelona (Cataluña), pues nosotros ciudadanos que ademas somos consumidores boicoteamos la compra de coches de esa marca, eso hoy mañana puede ser otra marca.

    Supongo que para señores como Antonio Asensio, para los directivos de Seat, el despido es una acción lamentable, pero que ejecutada legalmente y bien argumentada racionalmente, es de derecho. Pero no así la de los boicoteadores que se mueven en tenebroso mundo de las conspiraciones anti catalanas, no les parece sospechoso.

    Yo opino que quienes iniciamos esta campaña de boicot cometimos un grave error, es el de no poner rostros a esta campaña, que den la cara como dirigentes responsables. Esto ha empujado a sectores a extrapolar el boicot, a todas las empresas catalanas, cuando el boicot se proponia a las que han apoyado, firmado un manifiesto a favor del Estatut. Es decir esos militantes activos que quieren demoler España como Nación Unitaria, sin grande ni libre (Discurso facil del Sr. Asensio), ami y algunos mas nos bastaria con que en ella fuera fundamental la practica de la igual politica, que la ascripción a ella fuera voluntaria, sin importar el credo, el color de piel, ni los rasgos diferenciales ni idiomaticos, en suma una Nación de ciudadanos soberanos, en el marco de una Republica del Trabajo. Despues de decir esto el que no quiera ser español de nuestra España bimilenaria que se vaya, aqui no hacen ninguna falta.

    Supongo que el Sr.Asensio y otros incluidos los abogados del diablo, no tienen ningun problema en admitir que solo existe una Francia, una Alemania, una Inglaterra, una Italia….supongo que tambien, como España, estaran habitadas por todo tipo de gentes, gentes de varias etnias, de lenguas diversas………., y les reconoce el derecho de ser una. Pero España es diferente, «hay muchas Españas». Vd. Sr. Asensio tiene el sindrome de Estocolmo,se ha unido a la trición Dirigida por el Prisoe, pilotada por zETAp para asestarle un golpe de muerte a la soberania española, y lo peor es que lo hacen montados en el mas profundo desprecio a su legalidad, esa que Vds obligan a que los demas cumplan. Y como no en un ambiente de corrupción cada vez mas dificil de asimilar a los ciudadanos, que sufrimos las tremendas consecuencias de estas practicas.

  3. Yo no me quedo callado. Compro lo que me da la gana y busco productos de fuera de Cataluña por ahora, mientras los «separatistas» no entren en razón y sigan riéndose de nosotros con ayuda de ZP, el traidor. ¿Que? ¿Hay que callarse y ser bueno para que los cuatro gatos de los nacionalistas se salgan con la suya, siempre pidiendo más y acoquinando a todos los españoles, catalanes de bien incluidos? No, gracias. No creo que tengamos que poner la otra mejilla ante sus ataques. Si les duele la pela, pues a quitarles la pela en completa libertad. Rajoy dirá lo que considere oportuno, pero, creo, la diferencia de los liberales y los de izquierdas en que un liberal hace libremente lo que piensa que es mejor, le diga lo que le diga el partido al que vota normalmente, mientras que el de izquierdas, hace lo que le dice el partido al que vota siempre, sin pensar en lo que le dicen. Y a los hechos me remito.

  4. Este Karl Hayek o Berlin Smith debe ser el unico que no se ha enterado que http://www.antizp.com formado por redliberal entre otros son los que han organizado el boicot con webs tan geniales como http://www.hasta-los-huevos.com y http://www.gruporisa.com ; ademas ya tenemos el boletin «ZP dimite España no te admite» que puede descargarse en http://groups.yahoo.com/group/graciasaznar Y FINALMENTE EL HAYEK ESTE ES PRIMO HERMANO DE GABILONDO Y CEBRIAN. Rajoy querido inculto es mas de derechas que Aznar, los incendiarios de izquierdas son los que se inventa la historia de que Aznar fue de extrema derecha por ser un gran presidente reconocido en America y se suben a la palestra de que Rajoy es el que modera. En Junio la Junta Directiva Nacional del PP estuvo a punto de echar a Rajoy y poner a Esper como lider del PP. Y yo creo personalmente que José María Aznar volverá.

  5. Donde pone PSE leed PSC, que con el jaleo que tenemos por aquí meto a todos en el mismo saco. ;P

  6. Evitaré los productos catalanes a no ser que sean muchísimo mejores que el resto o muchísimo más baratos. No veo razón NINGUNA para consumir productos catalanes. De lo que estoy seguro es que un castigo debe ser claro y directo, debe saber el castigado por qué recibe tal castigo, y esas condiciones se dan claramente. Ellos saben que no aguantamos más las gilipolleces de ERC, PSE, CIU y la izquierda hundida catalana.

  7. Se me ha ocurrido una cosa para garantizar la libertad de expresión en la radio. Consiste en construir aparatos de radio donde haya una especie de ruedecita que permita a la gente poner la emisora que quiera. Así, los que no les guste un periodosta, cambian de emisora y buscan su cadena favorita.

    Y cada uno tendrá la libertad de elegir

    ¿A que suena a utopía?

  8. Cierto muchachitos, hay que ser buenines y no protestar mucho y no agradecer nada a los valientes que nos sacan las castañas del fuego.
    Ahora se lleva entre muchos «derechines» el hacerle asquitos a Federico. Pues conmigo no contéis, que yo no me avergüenzo de decir que soy de derechas y lo que sí me avergonzaría es camuflarme como semi-izquierda.
    Que nos perdonen lo malito que es Federico. Sin gente como él, por muy bueninines que seamos nos iban a poner a la cola a esperar hasta que se les antojara darnos unos caramelines ¡chupados!. Que nos conocemos de antiguo.
    Pues yo me rebelo, y lo siento, pero a eso no juego.
    Un poquito de dedencia ¿Qué dice de más Federico? Vamos a ver, ¿dice más que el Gabilonding en la SER, dice más que ellos llamandonos fascistas a todo el PP cada día?
    ¡Vamos anda! si somos cabardetes, no nos amparemos en la crítica a los valientes para taparlo.
    Y os digo una cosa, si hay que pasar porque no acptáis la democracia y la libre expresión, se pasa total, pero para complejines y medias tintas no tengo estómago.

  9. Tienes razón. No debemos criticar ni exigir derechos. Debemos disimular que no somos de izquierdas y así conseguir el perdón de los ciudadanos.

  10. Qué queréis que os diga. Desde que tengo uso de razón los regionalistas, catalanes y vascos, se han dedicadoa armar ruido, a arañar poquito a poco una competencia más, un privilegio adicional, algo de dinerito…

    Siempre de espaldas a sus votantes; siempre contra «Madrid», que significa «El resto de España», siempre poniéndonos como el enemigo.

    Y un buen día nos despertamos con un pacto entre ETA y ERC, por el que los primeros van a dejar de matar en Cataluña. Y otro buen día nos desayunamos con la policía lingüística. Y otro más, con un estatuto que es en sí una declaración de ruptura e independencia.

    Y es entonces cuando me digo: «ya está bien». Y me niego a poner la otra mejilla, a dejar que atropellen a mi país, a permitir que pisoteen los derechos de mis compatriotas mientras los propios catalanes no mueven un dedo y contemplan las barbaridades que perpetra el actual gobierno de la Generalidad con mirada torva, como las vacas que ven pasar el tren.

    Estoy de acuerdo con el texto que has posteado; las utopías son siempre bonitas. Pero, particularmente, creo que ha llegado la hora de implicarse algo más, de plantarles cara, de decirles que ya basta. Sin violencia, pero con firmeza.

  11. Esto se escribe gracias al boicot.
    Si el boicot continua y se intensifica aun veremos declaraciones y hechos mas positivos.

  12. Si te refieres a Antonio, no creo que él quiera definirse como «de derechas». La reflexión sobre «la derecha» es mía y me aprovecho de Antonio para presentar cómo me gustaría que fuera. Yo, que me considero un liberal poco ortodoxo, más bien porque no «soy socialista a fuer de liberal», sino porque a fuer de liberal ni quiero ni puedo ser socialista, debo reconocer que me sigo sintiendo incómodo con la palabra derecha, que en frío me parece legítima, pero que no puedo evitar que se me impregne de referencias que no deseo.

  13. ¿Alguna vez hubo un boicot declarado? Creo que no, cada persona es libre de comprar a quien quiera ya sea por cualquier razón.

  14. ¡Bravo!, esas son las formas de demostrar que la derecha tiene algo que decir y hacer. Sí señor.
    Soy de izquierdas, pero entiendo que la derecha debe hablar de este modo y no caer en formar parte activa de la situación política actual.
    Creo que es un error el que nuestros políticos (sean del color que sean) estén a tortas como en un patio de colegio.
    No dan la talla, ninguno.

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