Crónica de un fracaso anunciado

La Cumbre Euromediterránea de Barcelona (por llamarla de alguna forma) ya es, tras la desafortunadísima Cumbre Iberoamericana recientemente celebrada, el segundo traspié de la diplomacia española en la era Rodríguez. Lo único que ha quedado claro en esta Cumbre barcelonesa es que los líderes de los paises árabes no tienen el más mínimo interés en las propuestas de Rodríguez Zapatero. Así que decidieron, al unísono, enviar a sus secretarios, más que para tomar nota, para dejar constancia de que ellos son los que se sienten fuertes.

Nada de asumir los principios de Derechos Humanos así como así, no sea que las aguas se revuelvan desde los minaretes, verdaderos centros del poder más allá de Ceuta y Melilla.

Nada de aceptar así como así la libetad de movimientos de los cooperantes o investigadores, no sea que intoxiquen con su occidentalismo la pureza esencial del islám.

Nada de definir como terrorismo o terrorista a todo aquello que suponga imponer por la fuerza de la bomba una idea política. Los «insurgentes» tienen derecho a ello. Y si los insurgentes son palestinos o iraquíes, estamos hablando ya de «santos guerreros por la liberación».

Pero no se preocupen. Los órganos de prensa del régimen se encargarán de contarnos lo bien que se ha desarrollado la Cumbre y los numerosos éxitos de Rodríguez. Al tiempo.

Lectura antiintoxicadora previa recomendada: Alianza de Civilizaciones, de José Carlos Rodríguez

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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3 comentarios

  1. La culpa es de Aznar, que enchufa y desenchufa los cables como quiere. Lo que hay que aguantar: Ser o no ser. Yo casi prefiero no ser, visto lo oido.

  2. Luis,
    En la SER ya han encontrado el culpable del fracaso de la cumbre (¿colina?) ¿ a que no lo adivinas?.

    El culpable el Tony Blair. Según ellos, si Tony Balir no hubiera sido el presidente de turno de la UE, los árabes estarian en la cumbre. Ser pogre tiene estas ventajas: Nunca tienes la culpa de los fracasos, la culpa siempre es de otros. ¿Será por esto que hay tantos progres?

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