La "Cuba nostra"

Me informa Chesco de la reciente aparición de un libro en francés que sin duda removerá un poco más los cimientos ya resquebrajados del régimen dictatorial cubano. Escrito por nada menos que de dos antiguos miembros de organismos secretos cubanos, nos relata los entresijos de la dictadura castrista. Y de otras curcunstancias de la política del país:

Salvador Allende no se suicidó, ni murió bajo las balas de los militares golpistas el 11 de septiembre de 1973. Durante el asalto contra el palacio de la Moneda, el presidente de Chile fue cobardemente asesinado por uno de los agentes cubanos que estaban encargados de su protección. En medio de los bombardeos de la aviación militar, el pánico se había apoderado de los colaboradores del jefe de Estado socialista y éste, en vista de la desesperada situación, había pedido y obtenido breves ceses de fuego y estaba, al final, decidido a cesar toda resistencia. Según un testigo de los hechos, Allende, muerto de miedo, corría por los pasillos del segundo piso del palacio gritando: “¡Hay que rendirse!”. Antes de que pudiera hacerlo, Patricio de la Guardia, el agente de Fidel Castro encargado directo de la seguridad del mandatario chileno, esperó que éste regresara a su escritorio y le disparó sin más una ráfaga de ametralladora en la cabeza. Enseguida, puso sobre el cuerpo de Allende un fusil para hacer creer que éste había sido ultimado por los atacantes y regresó corriendo al primer piso del edificio en llamas donde lo esperaban los otros cubanos. El grupo abandonó sin mayor tropiezo el palacio de la Moneda y se refugió minutos después en la embajada de Cuba, situada a poca distancia de allí.

Una magnífica reseña la podemos encontrar en Cuba Nostra. Los secretos de estado de Fidel Castro

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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5 comentarios

  1. Me siento incapaz de juzgar la fiabilidad de la afirmación «Allende lo mataron los servicios secretos cubanos». Pero me sorprende aún cuando encaja perfectamente con la mentalidad de Fidel Castro y es mucho más que capaz de dar esa orden.

    Pero no es muy relevante para hablarnos de las democráticas actividades de los agentes al servicio de la revolución. Sería una anécdota más, especialmente brillante eso sí.

    La actividad de los servicios secretos cubanos está bastante bien descrita en algunos textos muy amenos:

    – El furor y el delirio, de Salatti, hijo del fundador de Prensa Latina.

    – El libro de Oppenheimer sobre el fusilamiento de ochoa

    – Los libros de Norberto Fuentes (su falsa autobiografía de Fidel es algo apabullante)

    Perdon porque no pueda dar las referencias bibliográficas completas, no las tengo ahora a mano, pero en un googlazo se las pillan incluso sin ir a Amazon.

  2. ¡Vaya, yo que pensaba que lo único bueno que hizo el dictador fué meterse un tiro!.Otro mito destruido ;))

  3. Para recordar quien es Patricio de la Guardia, e igual con tu artículo comprender porque no fué como su hermano fusilado:
    1989
    “El 14 de junio de 1989, Granma, el órgano oficial del partido comunista cubano, anunció el arresto del Mayor General Arnaldo Ochoa Sánchez. Un héroe condecorado que había sido recientemente nombrado comandante del poderoso Ejército del Oeste de Cuba. Ochoa fue eventualmente acusado de complicidad en el narcotráfico…

    …sentencias severas fueron dadas a De la Guardia, Ochoa, y otros numerosos acusados. El General Ochoa, su asistente Capitán Jorge Martínez Valdez, Coronel Antonio de la Guardia y el Mayor Amado Padrón fueron sentenciados a muerte. Los otros ocho condenados… fueron sentenciados a entre 10 y 30 años de prisión. Ochoa, De la Guardia, Martínez y Padrón fueron fusilados el 13 de julio de 1989.

    El Brigadier Patricio de la Guardia escribió desde la cárcel una carta describiendo las actividades involucradas con drogas del Ministerio del Interior de Cuba. A De la Guardia le había contado su hermano, el Coronel Antonio de la Guardia fusilado por Castro, que el contrabando de drogas en Cuba era parte integral del Ministerio del Interior en 1989. Para tratar de encubrir la operación de drogas, Castro fusiló a sus 4 oficiales y encarceló a los otros.”

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