Nota de Antonio Ruiz

Me llega, vía Daniel Rodríguez, una nota de Antonio Ruiz de Elvira, supongo que a cuento de la crítica que recibió en nuestro blog en la entrada: Primero un gran calentamiento, una desertificación….

Como no deja de ser curioso el asunto, les dejo primero con el e-mail que recibe Daniel y, amablemente, me hace llegar:

——– Original Message ——–
Subject: Solicitud de Ruiz de Elvira
Date: Mon, 19 Sep 2005 08:04:01 +0200 (CEST)
From: Antonio Ruiz
To: [email protected]

He recibido en la página «desde el exilio», en la que
el único nombre que figura es el de usted, una serie
de comentarios a mis ideas.

Le ruego tenga la generosidad de publicar el texto que
le adjunto, pues hace referencia a la filosofía
liberal y,
cosa rara, va firmado de forma completa.

Atte.

Un par de puntualizaciones, estimado Antonio:

1. En Desde el Exilio tenemos por costumbre firmar todos los artículos. El artículo al que haces referencia está debidamente firmado y, por ello, indisolublemente ligado a su responsable.

2. En Desde el exilio aparecen los nombres o pseudónimos de TODOS los colaboradores de este blog.

3. Para contactar con nosotros nada más sencillo que el uso de una herramienta habitual en todas las páginas web serias: la hoja de contactos. En nuestro blog se encuentra perfectamente ubicada y a disposición de nuestros lectores en la barra lateral.

Dicho lo cual, paso a publicar (como es norma de esta casa, por cierto) tu nota íntegramente, al tiempo que me permito hacerle algún comentario (en negrita):

LA FILOSOFIA AUTODENOMINADA LIBERAL

Antonio Ruiz de Elvira
Universidad de Alcalá

He recibido una serie de comentarios sobre mis opiniones expresadas de una forma especialmente designada para que todos las puedan entender, de una página web que se autodenomina «liberal». Me gustaría hacer algunas reflexiones sobre la filosofía que los subyace.

– La divulgación científica, labor loable donde las haya, ha de cumplir dos objetivos: ser comprensible y rigurosa. En nuestra entrada arriba citada y los comentarios que le siguen, se duda de la rigurosidad de su labor divulgativa. Seguimos esperando DATOS que demuestren que aquello que se divulga es rigurosamente cierto.

Es curioso. La ciencia dejó de ser una actividad del pensamiento y pasó a convertirse en una carrera contra reloj para la publicación de artículos super-especializados en temas extra-concretos, de forma que si a una persona que se dedica al medio ambiente, rama de clima, le preguntan por los incendios forestales, esa persona afirma no poder hablar, pues no es de su especialidad.

Según esto, un científico no es un conocedor de la ciencia, sino un experto montador de una cadena de montaje que, sin saber como, ensambla automáticamente el conocimiento. Hemos sido reducidos de científicos a montadores. Así, si una persona es catedrático de genética,
no puede saber de fisiología, ni un experto en hongos puede saber de árboles.

Se plantea aquí un grave problema. Si la ciencia está formada por conjuntos de mecánicos de motores, mecánicos de embragues, electrónicos de control, expertos en suspensiones, montadores de direcciones, carroceros, pintores, …,¿como aparece un coche capaz de andar al final de la cadena? La idea al uso, que reconoce la reaparición de la magia, es que aparece por arte de esta misma, y el coche se ensambla el solito.

Esta ciencia superespecializada comunica sus descubrimientos en revistas esotéricas que exigen que el conocimiento se destile en 5 páginas que incluyan figuras, de manera que los razonamientos suelen desaparecer de las publicaciones que se limitan a ser contínuas citas a otras publicaciones que se referencian entre sí de manera circular. El sistema funciona de manera ejemplar, ocurriendo que si una persona puede citarse, y citar 200 otros trabajos, queda, más o menos, asegurada de que esas otras 200 citas la citarán a ella, de manera que
la estadística de institutos especializados en contar número de artículos y no analizar sus contenidos, como el ISI, puede crecer hasta tamaños razonables.

Ocurre hoy en la ciencia como en otras muchas de las actividades de la vida. Una persona debe, obligatoriamente, escuchar y aceptar las palabras del Sr. Ministro del ramo, no porque sean razonables y coherentes, sino porque las ha pronunciado una «figura». Uno debe aplaudir al Real Madrid, no porque gane todos sus partidos, sino porque es un conjunto de figuras.

En el festival de San Sebastian, uno debe aplaudir a ciertas personas que pasean por una plataforma roja, no porque uno esté convencido de que encandilan a los espectadores con sus actuaciones, sino porque «son» estrellas.

Queremos saber, pero no nos atrevemos a aprender. Queremos conocer pero «no tenemos tiempo» de leer, ni siquiera lo que hay en la red.

Hemos substituido el juicio personal por la estadística, sin siquiera entender qué significa esa estadística. Los medios de comunicación nos inundan con estadísticas que sacadas de contexto carecen de significado.

Se nos dice que cierto alimento produce cancer. Se exhiben unas estadísticas de las que se desconoce la forma de seleccionar la muestra, el tamaño de ella, y la forma de tratamiento de los datos.

El mejor ejemplo de estadísticas son las estadísticas a pie de urna en las elecciones, que generalmente desbarran en los resultados y los van corrigiendo hasta ser los exactos cuando se han contado todos los votos.

Otro sistema maravilloso de tipo ISI es el sistema gubernamental que gozamos en la actualidad. Una vez cada 4 años se nos pide que votemos a los «representantes» del «pueblo» en el «Parlamento» nacional, o en los distinos Parlamentos autonómicos. Lo curioso del caso es la inmensa mentira implícita en cada una de las tres palabras entrecomilladas. Las personas
elegidas no son representantes de nadie, pues no funcionan como diputados enviados al parlamento por un barrio o distrito del país. Son meros números de un partido político, que desconocen a sus electores y que jamás hablan con ellos una vez elegidos. El «pueblo» al que se consulta es una masa innominada de números, jamás de personas con opiniones. Y por último, el Parlamento es un lugar donde no se parlamenta. Como mucho, y en raras ocasiones, es un
lugar donde los cabecillas de las distintas tribus exhiben el poder del número de sus seguidores para apabullar a los «contrarios», y en cualquier caso las palabras dejan de tener sentido porque solo juega la estadística de los votos.

Yo abogo por una ciencia humana, que todos los que quieran puedan entender. Abogo por un sistema de valores que implique el juicio de los seres humanos y no de ignotos institutos de opinión. Abogo porque uno acepte que un equipo de futbol sea bueno porque gana partidos, y no porque es un conjunto de «figuras». Abogo porque una novela o un ensayo científico sea buena porque uno la disfruta o la entiende, y no porque se ha puesto en la lista de «best-sellers. Abogo por un arte anónimo, donde, por ejemplo, las películas se valoren por su impresión sobre el espectador, y no por quien las ha rodado e interpretado. Por una ciencia anónima, que se acepte o deje de aceptarse de acuerdo con la capacidad lógica y de reflexión de quien la lea.

En definitiva, aunque nos consideramos «revolucionarios» porque compartimos ideas expuestas hace 200, 100 o 50 años, somos esencialmente conformistas que seguimos los dictados de opiniones generalizadas y hemos dejado de ser seres humanos, convirtiéndonos en números de unos autodenominados «Institutos» de opinión».

La ciencia debe de ser, de nuevo, ciencia humana, capaz de ser comprendida por todos, expuesta en lenguaje inteligible, dedicada al mundo que nos rodea, y contada de forma completa, no en trozos autoreferenciados.

De vez en cuando se necesita una pequeña sacudida de la sociedad en general, y de la sociedad científica en particular. Se necesita reconocer que uno no puede seguir hablando de ciencia «moderna» cuando las ideas son de hace 100 años, y que uno debe abrir su mente a otra forma de aprender y de enseñar.

Y ya ve, no he comentado nada más. Y no lo he hecho porque, excepto a la hora de considerar el ISI una lista de «best sellers» (que no lo es), en lo demás estoy bastante de acuerdo con lo que expone. Humanice la ciencia, hágala inteligible, pero por favor, no se olvide del rigor. Usted sabe que no es cierto (en el sentido de «tener la certeza») mucho de lo que cuenta en su entrevista. Y no lo es pues no es demostrable, ni siquiera previsible. Para terminar… qué tiene todo ésto que ver con el Liberalismo?

Atentamente, le quedo a disposición,

Luis I. Balbino Gómez Fernández Cao García de Cao Rivera
DNI: 9742249

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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9 comentarios

  1. 0 publicaciones indexadas en ISI = 0 credibilidad científica. No hay más. Y si alguien conoce alguna medición más fiable de la calidad científica, pues que la exponga.

    ¡¡¡¡Es que este señor tiene CERO publicaciones internacionales (con algún impacto) EN TODA SU VIDA!!!!!!. Se debe haber herniado por el esfuerzo.

    Lo triste, insisto, es que en España se pueda llegar a catedrático de física sin ninguna publicación científica con una mínima calidad

  2. «Yo abogo por una ciencia humana, que todos los que quieran puedan entender.»

    Vamos bien, ya sabemos que la ciencia que queremos es humana. No es felina, ni cetácea.

    Entender la ciencia y que otros la entiendan es magnífico. Para ello hay varios caminos. Por ejemplo, podemos dejarla como está y dar a los que la han de entender los conocimientos necesarios para entenderla. Aunque también podemos no darles esos conocimientos, simplificar la ciencia hasta que deje de ser tal cosa, contarles lo que quieren oír y hacer que se lo crean, puesto que no tienen capacidad para juzgar lo que les contamos. ¿Por qué camino aboga el catedrático Ruíz de Elvira?

  3. Ignoro si en el campo del Profesor Ruiz de Elvira es posible lograr avances cuyos detalles estén al alcance de todo el mundo. En el mío, sospecho que si se publicaran los papers de modo que fueran comprensibles para cualquiera, dudo que se consiguiera avanzar gran cosa.

    Por otro lado, no veo el problema en que sólo un grupo reducido de personas entienda, por decir algo, los detalles tecnológicos de los sistemas de codificación de vídeo digital (cito un campo que entra dentro de mi «especialidad»). Supongo que a la mayor parte de las personas les bastará con ser capaces de ver Digital+ o la TDT.

    Se puede ser experto en un campo sin haber publicado en revistas internacionales (en ingeniería es frecuente: unos investigan y otros hacen desarrollos), pero es conveniente citar en qué se basa uno para afirmar algo. El ISI no es la panacea y, desde luego, el índice de impacto depende mucho del campo en el que uno investigue. Pero de ahí a no publicar nada en toda una vida dedicada a la investigación… Supongo que habrá alguna explicación al respecto. Pero tengo cierta curiosidad por conocerla.

  4. El Señor Ruíz me pide en los comentarios del anterior post que de mi nombre. Pues va a ser que no. Conozco muy bien a la Universidad Española, y la verdad, entre mis planes para hoy no está el suicidio. Prefiero el sistema de evaluación anónima que se usa en las revistas auditadas en el ISI, donde no le quepa duda que tengo artículos en las mejores revistas.

    Siento haber empleado la palabra CARADURA en mi exposición. Le pido disculpas. Lejos de mi intención la agresión verbal. Léase en su lugar: me indigna profundamente que una persona se escude en su posición de catedrático para sostener argumentos poco científicos, cuando al mismo tiempo a verdaderos expertos en el tema se les silencia.

    Y si quiere leer, lea el último número del ‘Global and Planetary Change’, que está especialmente dedicado al Ártico.

  5. Creo que le molestó mucho el que yo pusiera que según el ISI Web of Knowledge (Institute for Scientific Information’s ) no tenga ninguna publicación. Su queja a que toda labor científica tenga que pasar por el beneplácito del ISI es muy común entre los profesores mediocres (que no digo que sea su caso). A nadie le gusta que no le reconozcan. Pero yo no puse sólo el ISI; es que en la memoria de investigación de su departamento tampoco aparecía nada relevante (y lo siento por tu alumna de doctorado).

    Pero ha de entender el señor Ruíz que el asunto que tratamos es muy serio, que nos está costando y nos va a costar mucho dinero, puestos de trabajo y retraso tecnológico y económico. No es un tema para la demagogia. Es un tema de ciencia y estadística. Y por tanto, los que no sean expertos, que se aparten y dejen paso.

    No queremos consensos, sino demostraciones. No queremos que nos mientan y menos aún que lo hagan los que no saben.

    Demagogia en mi nombre no.

  6. Como alucinarán los alemanes cuando vean ese nombre!!!!!! si ya con dos apellidos tardan lo suyo en comprenderlo y por más que lo expliques se les hace cuesta arriba y te piden ejemplos, etc….

    Ya se que esto no ha tenido nada que ver con el artículo, el comentario el mismo que aleon.

  7. Moskis!
    Entonces no era verdad que Bush era el culpable de que se vaya a derretir Groenlandia?

    🙁

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