El mamarracho opinador

mamarracho. Según la RAE:
(Del ár. hisp. *muharráǧ o *muharríǧ, y este del ár. muharriǧ, bufón).
1. m. coloq. Persona o cosa defectuosa, ridícula o extravagante.
2. m. coloq. Cosa imperfecta.
3. m. coloq. Hombre informal, no merecedor de respeto.

Sí, es cierto, soy un mamarracho. Evidentemente para quienes no gustan de las opiniones aquí vertidas sólo exiten cuatro vías posibles, a saber:

1. «Llego, leo y me voy. Qué horror! Lo que dice este hombre es una sarta de barbaridades». Éste es un grupo relativamente numeroso. Lo tiene que ser por fuerza, pues desde aquí se defienden con argumentos cosas totalmente fuera de lo que dicta el «sentido común igualitarista» como que la enseñanza, la sanidad, los servicios sociales y asuntos parecidos han de ser privatizados, defendiendo la necesidad de que cada uno asuma sus responsabilidades. Para una cuantificación aproximada véanse los resultados de la ultima encuesta del CIS, a los que llego vía Ajopringue:

… el 68% de los españoles piensa que el estado debe ser responsable del bienestar de todos y que solo el 5,5% piensan que son responsables de su propio bienestar.

… el 54,9% de los españoles piensa que es mejor pagar más impuestos a cambio de más beneficios sociales.

… el 70,5% de los españoles dicen que los servicios sociales deben ser públicos y financiarse mediante los impuestos.

2. «Llego, leo y critico. Lo que aquí se opina está equivocado en el fondo y en la forma, luego lo comunico.» Un grupo reducido éste, de gentes capaces no sólo de pensar por sí mismas, si no que además tienen el arrojo de entablar una discusión educada con un desconocido. Ya digo, son más bien pocos, desgraciadamente.

3. «Llego, leo e insulto. Eso sí, dejo nombre y/o enlace, pues allá en el fondo de mis miserias guardo un poco de pudor y permito que me devuelvan el insulto.»

4. «Llego, leo, insulto y no vuelvo. Además envío un correo anónimo e insulto de nuevo. Como no me queda ni muy en el fondo un poco de decoro, no me preocupa mantener mi anonimato. Es lo mío, dar con el cuchillo y esconder la mano.»

Son las cosas que tiene ésto de decir lo que se piensa en público.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

Artículos: 3201