Fiebre del sábado tarde

Acabo de descubrir que en mi tierra no todo es tercera edad, leonesismo caduco, derrotismo cansino e incultura política, cualidades éstas que yo siempre creí indisolublemente ligadas a León desde que murió el último de nuestros Reyes, Alfonso IX, allá por el 1230.
Resulta que tras la sumisión al Reino de Castilla sólo la inercia del nombre y un animalito en el escudo de España nos recordaron durante 800 años que existía algo llamado León. No es de extrañar pues que, en el 78, cuando se recompone el mapa de España, los leoneses asistiéramos con cierta indiferencia al hecho de que el Antiguo Reino no fuera considerado región histórica o no obtuviera ni tan siquiera el rango de Comunidad Autónoma. Los pocos que protestamos entonces éramos muy jóvenes y pocos. Demasiado pocos. Luego llegaron los oportunistas, los profesionales de la política y se acabó la fiesta.
Lo cierto es que por mucho que he intentado revestir mi leonesismo de localismo liberal, diputacionalismo, antinacionalismo y otros ismos más filosóficos, no he conseguido matar del todo el bichito que salta cada vez que algo, alguien de León hace que me vibre la fibra.
Hace años tuve el placer (placer?) de discutir toda una tarde con dos de los próceres del leonesismo rampante. A Pelines y Otero les ha separado la codicia política, pero entonces estaban juntos. Intenté hacerles ver que era más oportuno y adecuado a los tiempos que corren, devolver a la vida política la idea del localismo liberal, por la que el Estado central pierde paulatinamente peso en favor de las Diputaciones provinciales y los Ayuntamientos. Se podría obviar así la discusión de si León sólo o con Castilla. Lo fundamental, que somos españoles y de León, quedaría perfectamente plasmado en un régimen administrativo que girase en torno a la Diputación Provincial y los Concejos, institución ésta de rancia tradición leonesa.
Pasaron los años y estamos cada vez más lejos de aquéllos mis sueños. España se rompe (porque un leonés de boquilla lo consiente) y el camino hacia un Estado más débil en favor de estructuras menores no está ni diseñado.
Mi alegría ha sido enorme al encontrar en la red Cazurra Bit. Una revista digital leonesa, hecha por leoneses, que se definen así:
» Es más cierto que somos españoles y en tanto que españoles globalistas, municipalistas y rechazamos la actual versión burocrática de la Unión Europea. Somos partidarios de la descentralización estatal y autonómica en favor de las diputaciones provinciales y de los municipios. Defendemos la Libertad y nos consideramos gladiadores de la Libertad. Somos prensa libre y no respetamos todas las ideas. No respetamos las ideologías que predican el totalitarismo o despotismo igualitario, la teocracia política, la versión étnica del hombre y las que aspiran a la oclusión y extirpación quirúrgica de las ideas ajenas. Nos gustan las democracias liberales, abiertas, con separación efectiva de poderes; nos gusta la justicia sin apellidos, el arte, la ciencia, la reflexión, la innovación, el capitalismo y rechazamos de plano, por falsa, que la culpa siempre sea del que prospera. Nos gusta el deporte que se apoya en la cantera y que no representa una exclusión estructural, enfermiza, de los propios. La valentía es una premisa innegociable y defendemos la organización para hacer avanzar nuestra civilización, protegiendo la libertad y preservándola de los felones. La solidaridad no es una ideología, es un acto inteligente humano, una conducta moral. «

Ya tienen un lector adicto y asiduo.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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